Carlitos Alcaraz, nuevo ‘principito’ de París

Don Carlos Alcaraz Garfia. 21 años. Tres títulos de Grand Slam. Un tenista monumental.

Carlitos ha conquistado Roland Garros, la tierra de Rafa Nadal, como antes conquistó Wimbledon y antes el US Open para convertirse en el tenista más joven en ganar tres Grand Slam en tres superficies diferentes. Historia del tenis. Carlos Alcaraz ha cumplido un sueño derrotando a Alexander Zverev por 6-3, 2-6, 5-7, 6-1 y 6-2. El hoy campeón de Roland Garros solía dibujarse a sí mismo levantando la Copa de los Mosqueteros que hoy por fin ha podido levantar sobre la tierra de la Philippe Chatrier. Aquel dibujo que coloreaba de pequeño ya es una imagen real, de carne y hueso. Su sueño siempre ha sido ganar Roland Garros porque se ha criado viendo a Rafa Nadal levantando títulos y ahora ya tiene la copa en su poder. Sabe que está muy lejos del Rey Rafa, pero Carlos Alcaraz ya es ‘El Principito’. Como el personaje creado por Antoine Saint-Exupéry al que leíamos de pequeños -y no tan pequeños-, Carlitos nos lleva a otra dimensión y a un mundo diferente.

Un título que se ha tenido que trabajar en estas dos semanas. Llegaba a París con algunas dudas por los problemas en su antebrazo derecho y ha tirado de juego y tenis cuando las cosas venían bien dadas y en los malos momentos del torneo, como ocurrió en las semifinales ante Jannik Sinner, demostró que es un tenista con los recursos suficientes para ser capaz de desequilibrar la contienda a su favor y que ha aprendido a sufrir en pista. Seguro que lo ocurrido en las semifinales del pasado año ante Novak Djokovic le ayudó e hizo bueno aquel tópico que de las derrotas se aprende. Alcaraz basa su tenis en una calidad innata para manejar la raqueta, una capacidad enorme de mover la piernas, una cabeza capaz de pensar la jugada y una constancia para trabajar a diario por mejorar. Y cuando eso pasa, Alcaraz sonríe. Y si Carlos Alcaraz sonríe, todo es más divertido. Porque el español es un disfrutón que salta a la pista a divertirse y a disfrutar. Si le apetece hacer un golpe de derecha, lo hace; si es un paralelo lo que le pide el cuerpo, da ese golpe; si es un revés, pues un revés; si es una dejada, aunque no sea el momento o no terminen de salirle, la hace. Porque este chico murciano es mejor tenista cuando se lo pasa bien en la pista. Pero en París se ha dado cuenta de que hay veces que no se puede disfrutar y toca sufrir. Y ha aprendido. Eso también le hace más grande.

En el primer set los nervios se hicieron presentes en la pista central de Roland Garros. Sobre todo en el alemán. Perdieron sus primer saque cada uno de los tenistas, pero a partir de ahí, Carlos Alcaraz fue imponiendo su ley ante un Zverev que no terminaba de encontrarse. El español, con inteligencia, haciendo su juego, abriendo ángulos y alternando golpes dominaba al alemán que se veía incapaz de contrarrestar los golpes de un Alcaraz muy móvil y que sabía qué golpe elegir en cada momento. Una primera manga muy completa del murciano en el que pese a no completar ningún ace -tuvo un 78% de primeros saques- se movió muy bien en la pista, usando tanto la derecha como el revés y en el que hemos podido ver varias subidas a la red del murciano, voleas y dejadas. Todo el repertorio de Carlitos. El segundo set fue para el alemán que mejoró, y mucho, en sus saques -un 83% de acierto en el primer servicio-, con su derecha, con los golpes ganadores y minimizando los fallos. Todo lo contrario que Alcaraz, que no se encontró en toda la segunda manda con catorce errores no forzados. La mente iba a ser clave en la final, como en las semifinales ante Sinner.

Y así fue en el tercer set. Tras aguantar en los primeros saques los servicio, Alcaraz se puso 3-2 por delante que amplió hasta el 5-2 y con medio set en el bolsillo, pero en esto del tenis nada está ganado hasta que se gana y Zverev supo presionar al español para que este se fuera por completo de la pista y perdiera cinco juegos seguidos para terminar dando la ventaja en el partido al alemán. Sólo la épica le daría el triunfo final al español, que se enfrentaba al más difícil todavía. Carlos lo entendió y salió a por todas en el cuarto set ante un extrañamente nervioso Zverev que sin darse cuenta se puso 4-0 en contra y con muchos problemas. El español, a diferencia del tercer set, entendió que el partido de ganarse, debía ser con épica, y no dejó escapar su ventaja y sentenció con un 6-1 para jugarse el todo o nada en el quinto. Y ahí salió el mejor Carlos Alcaraz de la final. Derechas descomunales, paralelos de ensueño, revés a una mano… una maravilla. Ante un Zverev desconcertado, el español selló la victoria para seguir poniendo la bandera de España en lo más alto del mástil de Roland Garros.

Con esta victoria, Carlos Alcaraz se suma a la lista de españoles que han ganado Roland Garros en el cuadro individual. El primero fue Manolo Santana, con sus dos triunfos en 1961 y 1964, y le siguió su compañero de generación Andrés Gimeno, en 1972. Desde entonces tuvieron que pasar 17 años para que un tenista español, en este caso la primera mujer en lograrlo, levantara el título. Fue Arantxa Sánchez Vicario, con su espectacular triunfo ante Steffi Graf en 1989, título que repitió en 1994 y 1998. El siguiente fue Sergi Bruguera en 1993 y 1994, seguido de Carlos Moyà (1998), Albert Costa (2002), Juan Carlos Ferrero (2003) -actual entrenador de Carlos Alcaraz- y ya, Rafael Nadal (2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2017, 2018, 2019, 2020 y 2022), Tras él se sumó Garbiñe Muguruza, sucesora de Arantxa en el cuadro femenino en 2016. Por eso, Carlos Alcaraz es el décimo tenista español que consigue el título en París.

Tres finales de Grand Slam y tres títulos. Mejor, imposible Carlitos.

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