Río2016: Siete oros como siete soles

Decían los pesimistas que en estos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro las medallas iban a brillar, pero por su ausencia. Continuar leyendo «Río2016: Siete oros como siete soles»

Anna Tarrés, de víctima a verdugo

Las escalofriantes confesiones de 15 exnadadoras del equipo de natación sincronizada sobre su seleccionadora, hasta el pasado 16 de septiembre, Anna Tarrés  (con derecho y turno de réplica) vuelven a poner sobre la mesa una polémica tan antigua como el deporte de élite: ¿Se debe admitir la consecución de medallas a cualquier precio?

Según el texto firmado por Paola Tirados, Ana Violán, Carla Violán, Cristina Violán, Itzier Aspe, Laura López, Neus Seguí, Julía Casals, Eva Zhdanova, Jordina Pallarols, Lara Oyonarte, Ithaisa Robaina, Laia y dos más anónimas, la entrenadora catalana empleaba unos duros métodos de trabajo en los que llegaba a insultar y vejar a sus pupilas durante interminables sesiones de trabajo. La carta incluye testimonios personales que apoyan las tesis que califican de «dictadora» a Tarrés.

Los deportistas de élite saben a la perfección lo que ello significa. Están ‘obligados’ al sacrificio, la entrega, la disciplina extrema, el respeto, la constancia, el trabajo en equipo, llevar tu cuerpo a límites inhumanos día tras día y renunciar a casi todo. Más que una vida sana es traumática. Quizá por eso cuando estás metido en esa dinámica te cuesta ver las cosas con perspectiva, esa misma perspectiva que parece haberles faltado a las 15 exnadadoras para denunciar en su momento las supuestas vejaciones.

La natación sincronizada, como otros muchos deportes minoritarios, es un camino duro, muy duro, con mucho sacrificio físico y mental. Un deporte que tiene que dar una vuelta de tuerca más a sus deportistas para salir del anonimato e intentar llevarlo a lo más alto en busca de esas becas gubernamental que pueden ayudar a que subsista un deporte que, de otra manera, estaría casi muerto a nivel profesional.

Resulta curioso que ahora, precisamente ahora que Anna Tarrés no ha sido renovada (se lo comunicaron por teléfono) como seleccionadora después de 15 años de trabajo y 55 medallas, salgan las exnadadoras a hacer público algo que deberían haber hecho en su día. No seré yo quien otorgue veracidad a las declaraciones de unas u otra, pero lo que es cierto es que, desgraciadamente, en el deporte de élite comportamientos como los que supuestamente tenía Tarrés con sus chicas pueden ser más habituales de lo que nos creemos.

Tampoco estaría mal que los padres de las nadadoras hicieran autocrítica. Si lo sabían y lo ocultaban demuestra lo peligroso, por superficial y obvio, que es a veces buscar el éxito a cualquier precio, y su incompetencia como padres y educadores.

Si por el contrario desconocían lo que sus hijas supuestamente estaban padeciendo, su responsabilidad como padres les obliga a conocer el entorno en el que se mueven sus hijas y exigir que los entrenadores estén pedagógicamente cualificados. No se puede dejar a tus hijos en manos de otro y esperar que la labor educativa recaiga sobre un entrenador del que se desconoce (o no) si posee e inculca los valores humanos tan cruciales en la formación de una persona.

De lo que no hay duda es la credibilidad de la natación sincronizada, y del deporte español en general, está en juego. Veremos si sus dirigentes, empezando por el presidente de la Federación Española de Natación, esclarecen lo sucedido.

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El baloncesto español, una medalla de plata bañada en oro

Los chicos de la ÑBA se han hecho con un hueco en la historia. Pau, Rudy, Sada, Navarro, Calderón, Ibaka, Claver, San Emeterio, Marc, Llull, Felipe y Sergio. Los 12 ‘apóstoles’ del baloncesto español estuvieron a punto de obrar el milagro ante la todopoderosa Estados Unidos.

España se ha colgado al cuello una medalla de plata chapada en oro. Es el único equipo que ha hecho temblar al sucedáneo del ‘dream team’ dos veces en cuatro años. La primera vez fue en Pekín, pero este domingo –en Londres- a diferencia de hace cuatro años, la selección nos ha hecho soñar durante 38 minutos.

Los Pau Gasol y compañía nos han hecho disfrutar y han hecho sufrir los ‘chicos de la NBA’. Los gestos posteriores al partido lo decían todo. Los españoles estaban serios, desolados, con cara de haber perdido un oro y no de haber ganado una plata. Un gesto de campeones, que deja muy a las claras los genes que mantienen a este equipo. La otra cara de la moneda eran los estadounidenses, que celebraron el oro por todo lo alto. Clara muestra de lo que les había costado arrebatárselo a los españoles.

Tras las celebraciones legaron los gestos –tan cuidados en la NBA- de los jugadores estadounidenses. Todos –en fila india- se acercaron a rendir pleitesía a Pau Gasol, que no paraba de lamentarse por lo cerca que lo habían tenido. El primero fue Kobe Bryant que se fundió en un abrazo emocionado con su amigo Pau. Luego llegaron el resto, Kevin Durant, Chandler, Carmelo Anthony, Love… y Lebron James.

España ha culminado con una segunda plata olímpica consecutiva (tercera con la de Los Ángeles 1984) una generación que ha puesto al baloncesto español en lo más alto. Como dijo en su día Pepu Hernández: BA-LON-CES-TO.

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En estos JJOO, las chicas españolas son guerreras

Estos Juegos Olímpicos me han devuelto a la memoria una canción que hacía tiempo que tenía olvidada: ‘Las chicas son guerreras’. Una canción de finales de los 70 principios de los 80 del grupo Coz. Un grupo de rock que escuchaba en ‘cassettes’ por ‘culpa’ de mi hermano.

La canción no para de sonar en mi cabeza por culpa de Mireia, Maialen, Marina, Ona, Andrea, Brigitte, Maider, las chicas waterpolo. Ocho medallas de las once que ha ganado hasta el momento la delegación española. Un éxito de las chicas, que probablemente ayude a sembrar en colegios y escuelas deportivas para que muchas niñas apuesten por el deporte.

Las últimas en conseguir una medalla han sido las chicas del waterpolo. Una plata, – tras perder en la final ante EEUU- que sabe a oro en su primera participación en unos Juegos Olímpicos y que ha puesto a las chicas de Miki Oca en el candelero mundial. Antes que ellas,  la luchadora alavesa Maider Unda ganó la medalla de bronce en la categoría de -72 kilos de lucha libre, la primera que consigue un deportista español en esta disciplina.

Antes que ellas, Mireia (dos platas), Maialen (bronce), Marina (oro), Ona y Andrea (plata) y Brigitte (plata) ya habían llenado el medallero de una delegación española en la que sólo tres chicos: Joel González (oro en taekwondo), Javier Gómez Noya (plata en triatlón) y David Cal (plata en C-1 1.000 metros en piragüismo) han quitado protagonismo en el medallero a las deportistas españolas.

Pero todavía puede ser mejor. El equipo español de natación sincronizada luchará por una medalla este viernes en la prueba por equipos. Opciones tiene, después de quedar terceras en la rutina técnica, sólo por detrás de dos potencias como Rusia y China. Las otras que podrán tocar metal serán las ´guerreras’ del balonmano, que tras caer en semifinales ante Montenegro, se jugarán el bronce ante Corea del Sur.

Parafraseando al mítico grupo español de rock: ‘Las chicas tienen algo especial, las chicas son guerreras’.

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España se moja en los Juegos Olímpicos de Londres

La delegación española en Londres ha pasado de ver la botella del medallero medio vacía a verla medio llena. Y todo por culpa del agua. España cierra su mejor jornada en los Juegos Olímpicos de Londres con tres medallas (un oro y dos platas) que sumar a las otras tres conseguidas en los últimos días (dos platas y un bronce).

Curiosamente, todas las preseas conquistadas por España en los presentes Juegos Olímpicos tienen un denominador común: el agua. Ya sea nadando, en piragüa, bailando de forma sincronizada o sobre una tabla. La primera en abrir el precinto del medallero español fue Mireia Belmonte, que logró la medalla de plata en los 200 metros mariposa en una final que pudo ganar.

Con la alegría de la medalla de la ‘sirena de Badalona’ aun presente, Maialen Chourraut se hacía con la medalla de bronce en el K-1 femenino de piragüismo en aguas bravas. Una medalla que habían rozado Ander Elosegi, que quedó cuarto en la final de C1 en piragüismo de aguas bravas, y Samuel Hernanz, que fue quinto en la final de K1 masculina.

Mireia Belmonte hacía historia al repetir con una medalla de plata, esta vez en los 800 metros libres. Una medalla que la hizo entrar en la historia como la primera nadadora española en conseguir el doblete en unos Juegos.

Con tres medallas en su casillero llegaron días de decepción en el estadio olímpico, donde el atletismo español está pasando con más pena que gloria. Ni el agua en forma de lluvia se convirtió en aliada de una expedición española que parece abocada a una revolución total para el –presente- futuro.

Pero entonces llegó el día D: el martes 7 de agosto. Primero fue Javier Gómez Noya el que logró el cuarto metal para España en la prueba de triatlón. Noya logró quitarse la espina de Pekín 2008, donde también partía como favorito y finalizó cuarto, con una medalla de plata tras una carrera casi perfecta.

En pleno subidón por la plata de Noya llegó el primer oro para España. La ‘culpable’ fue La windsurfista española Marina Alabau, que se proclamó campeona olímpica de RS:X Femenino, tras ganar en la ‘Medal Race’. Un oro que no podrá defender en Rio de Janeiro 2016 ya que la disciplina deja de ser olímpica. Luego llegó el turno de la pareja de sincronizada. Ona Carbonell y Andrea Fuentes se colgaron la plata ras realizar un ejercicio casi perfecto y superar a las chinas en la final. Las rusas, primeras, son otra historia.

Pero el agua nos va a dar más alegrías. Alguna segura, como el oro o la plata que se jugarán las chicas del waterpolo el jueves (sin olvidarnos de los chicos, en cuartos de final). Y otras probables, como la vela, la natación sincronizada por equipos y el piragüismo en aguas tranquilas, con David Cal a la cabeza. España quiere seguir mojándose en Londres y refrescar el medallero español.

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