Le ha costado pero por fin Kaká se ha dado cuenta que quiere ser futbolista, pero no a cualquier precio. El brasileño tiró de sinceridad por primera vez desde que llegó en junio de 2009 con la vitola de galáctico y con un Santiago Bernabéu entregado. Ahora ya no es ni la sombra de galáctico, ni recibe tantos mimos por parte del estadio madridista. Lo único que no ha cambiado desde aquel verano es su sueldo (10 millones de euros por temporada).
«Me quiero ir del Real Madrid». Una frase corta, pero clara. A la que añadió un “espero que el club me ayude”. La verdad es que resulta paradójico que Kaká pida ayuda al equipo blanco con lo poco que él ha ayudado desde su llegada al equipo blanco.
En el césped apenas se ha visto la sombra del jugador que deslumbró en el Milan (memorable aquel partido en Old Trafford frente al United). Fuera del campo, las cosas no es que hayan sido mejores. Siempre con su carita de no haber roto un plato, Kaká se ha hartado de hacer regates a las preguntas sobre su presunta salida del Real Madrid. Ni Pellegrini, ni Mourinho, ni ahora Ancelotti (con el que coincidió en el club rossonero) han sabido encontrarle un hueco a un hueco que se ha ido apagando. Las lesiones no le ayudaron, pero su indolencia y su pasotismo, tampoco.
Kaká, creyente reconocido, tenía fe ciega en que la llegada de Ancelotti le permitiera volver a ser el que era, pero el entrenador italiano no lo quiere. Aún no ha jugado ni un minuto en Liga y sólo le da bola en los amistosos. Y se ha dado cuenta de que aquí se va a pasar otro año en blanco.
El anuncio de su deseo de macharse ha pillado por sorpresa a Florentino Pérez. Es evidente que el momento elegido no sea el mejor, ya que el mercado se cierra el lunes 2 de septiembre a las 24:00 horas y deberá ser una operación contrarreloj en la que el Real Madrid tendrá que poner -si quiere-mucho de su parte para aceptar la marcha del brasileño. Sólo el ahorro de los 10 ‘kilos anuales de la ficha del brasileño podría justificar que el club le ‘dejara’ marcharse sin recibir un euro a cambio.
Y digo esto porque Kaká lo que espera es que el Real Madrid le deje salir libre (una opción podría ser la cesión) para poder mantener su sueldo en su nuevo destino (presumiblemente el Milan). Vamos, que Kaká se quiere ir pero cobrando lo mismo que en el equipo blanco. Quiere volver a ser futbolista, pero manteniendo su sueldo de mega crack. Vaya, que lo único que le sigue importando es el dinero.
Quizá el hecho de que haya un Mundial al final de la temporada en su país también ayude a que busque una salida en la que tenga los minutos que nunca va a tener en el Real Madrid. Pero lo primero es lo primero y Kaká no piensa marcharse si no mantiene su estatus económico. Esa es la verdad.
Sinceramente, lo peor de que se vaya Kaká del Real Madrid es que ya no habrá más resurrecciones.
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