El Atlético dio ante el Sevilla otro pasito hacia su madurez deportiva. El bebé que cogió Diego Pablo Simeone en enero del año pasado ya se ha hecho mayor. En aquel momento, los rojiblancos, en un escenario exigente como el Sánchez Pizjuán y frente a un equipo guerrillero como el Sevilla se hubiera asustando -por no utilizar una palabra más fuerte-. Pero con Simeone en el banquillo eso ya no pasa.
El Atlético es una máquina perfecta que funciona con unos automatismos perfectamente programados por el ‘ingeniero’ Simeone. El ‘Cholo’ ha hecho creerse a sus jugadores que su forma de ver el fútbol es la mejor, la más brillante y la que más les interesa para convertirse en una alternativa real a la supremacía de Barcelona y Real Madrid. Los rojiblancos ahora afronta los retos con valentía y con la seguridad de quien se sabe poderoso.
Sabe que tiene en su mano convertir esta temporada en una campaña histórica. Segundo en la Liga, quién sabe si un desfallecimiento del Barcelona podrían aprovecharlo los rojiblancos, y con la Champions casi asegurada, disputar la sexta final en tres años naturales le devuelve a la posición que nunca debería haber abandonado. Falta por ver si este Atlético es capaz también de superar la deuda histórica que tiene frente al Real Madrid, un equipo que parece tener traumatizados a los jugadores rojiblancos.
De hecho, lleva 13 temporadas sin meterle mano, aunque en las finales de Copa la historia cambia. De las cuatro que han disputado en tres ganó el Atlético. La última fue la de 1992, cuando Schuster y Futre permitieron sumar el octavo título copero a los rojiblancos. Aquel equipo lo entrenaba Luis Aragonés, lo más parecido posible que puede haber al ‘Cholo’ Simeone. Quizá el argentino tire de hemeroteca para mandar el mismo mensaje a sus chicos que lanzó el ‘sabio de Hortaleza’ en aquel vestuario del Santiago Bernabéu.
«¿Lo han entendido? ¿Sí? Pues esto no vale para nada. Lo que vale es que sois mejores y que estoy hasta los huevos de perder con estos, de perder en este campo. Lo que vale es que sois el Atlético de Madrid y hay 50.000 que van a morir por vosotros. Hay que morir por ellos, hay que salir y decir en el campo que sólo hay un campeón y va de rojo y blanco».
Así las cosas, Simeone tiene ante sí un reto mayor. Ya ha hecho volver a creer a la afición y a los jugadores, que vuelven a sentirse entre los grandes. Ganar la final de la Copa del Rey frente al Real Madrid sería para el Atlético como el escalador que quiere hollar un 8.000 o el velocista que se convierte en el nuevo ‘hijo del viento’. Ese paso que marca la diferencia entre un buen año o un año redondo.
Mención aparte merecen Radamel Falcao y Diego Costa. Si el Real Madrid tiene un ‘gato’ y un ‘perro’ como pareja de delanteros, el Atlético tiene un ‘tigre’ y una ‘pantera’. En el Sánchez Pizjuán ellos dos sólo se cenaron al Sevilla. Son una sociedad que ha creado Diego Simeone y que les ha convertido en una de las parejas más peligrosas del momento Es un dúo devastador que siembra el pánico en cualquier defensa.
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