Todos los años por estas fechas, el mundo del fútbol comienza su particular debate por quién será el campeón del Balón de Oro. Antes de criticar, desmenuzar, analizar o alabar la lista de candidatos al dichoso baloncito deberíamos saber los criterios que existen a la hora de nominar a los candidatos. A día de hoy nadie los conoce, al menos no se han hecho públicos, por qué lo que sirve a un jugador para que esté nominado no le sirve a otro y viceversa. Este año, Ribery parte con ventaja sobre el resto de nominados, pero estando Blatter, Platini y la FIFA de por medio cualquier cosa podría pasar.
Luego está la lista de los entrenadores nominados a mejor técnico del año. Una lista en la que se mezclan entrenadores de clubes con seleccionadores nacionales (algo que no debería ser así). Y yo me pregunto, en esta lista qué se valora: ¿los títulos conquistados?, ¿el rendimiento del equipo?, ¿los récords alcanzados?, ¿los méritos por una trayectoria deportiva?… Lo que está claro es que es una incógnita y más si vemos la lista de los 10 finalistas.
No seré yo el que quite o añada nombres, pero la lista parece más que sorprendente: Carlo Ancelotti, Rafael Benítez, Vicente del Bosque, Antonio Conte, Sir Alex Ferguson, Jupp Heynckes, Juergen Klopp, José Mourinho, Luiz Felipe Scolari y Arsène Wenger. ¿Y Simeone? ¿Y Tito Vilanova? O es que acaso los entrenadores del Atlético y del Barcelona han hecho menos méritos que muchos de los que aparecen en la lista.
La sensación es que hay determinados nombres de entrenadores que no pueden faltar en este Top’10, independientemente de lo que hagan con sus equipos. Entrenadores como José Mourinho, Arsène Wegner o el mismísimo Del Bosque, que, sin haber ganado nada en el presente año, figuran en la lista junto a otros que han levantado trofeos.
¿Cómo es posible que en la lista aparezca el campeón de la Premier (Ferguson), el campeón de la Bundesliga (Heynckes), del Calcio (Conte) y de la Ligue (Ancelotti) y no aparezca el de la Liga española? Tito Vilanova, guste o no, conquistó la pasada Liga y llevó a su equipo a semifinales de la Champions. ¿Por qué dejarle fuera?
La otra gran ausencia es la de Diego Simeone. El técnico del Atlético ha levantado este año la Copa del Rey, ha sido finalista de la Supercopa de España y logró la Supercopa de Europa, de forma brillante, al principio de la pasada campaña. Unos méritos más que suficientes para estar, el menos, entre los 10 mejores entrenadores. El argentino sigue sin ver valorado por su trabajo al frente del conjunto rojiblanco, al que ha llevado a ser uno de los mejores equipos de Europa. Pero este ninguneo al entrenador del Atlético no es nuevo. El año pasado el argentino tampoco estuvo entre los mejores y ya se olvidaron en su día de Quique Sánchez Flores.
Pero no pasa, otros nombres siguen ahí como si tuvieran derechos adquiridos en las listas de los mejores entrenadores… aunque no ganen nada.
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