Diego Costa, ante el reto de la Selección

Llegó el día, si nada se tuerce. Diego Costa ha escuchado por segunda vez su nombre de boca de Vicente del Bosque. El delantero del Atlético se estrenará con ‘La Roja’, salvo lesión, el próximo miércoles en el Vicente Calderón en el amistoso ante Italia. Ya estuvo a punto de hacerlo en noviembre en los amistosos ante Guinea Ecuatorial y Sudáfrica, pero entonces una inoportuna lesión echó al traste los planes de Costa y de Vicente del Bosque.

Eso sí, el camino de Diego Costa en la selección no va a ser sobre una alfombra roja. Hay quien dice que hasta el último momento ha estado meditando no jugar con España por la presión que ha sufrido, sufre y sufrirá su familia en Brasil. Además, su carácter y sus últimos piques en los derbis madrileños, ha provocado que alguno de los pesos pesado de ‘La Roja’ hayan mostrado su rechazo a que Costa sea uno de los 23 elegidos para el Mundial.

Los números están a favor de que Diego Costa sea el titular de ‘La Roja’ y el ‘9’ de Del Bosque. El hispano-brasileño ha marcado 27 goles en 37 encuentros y Álvaro Negredo ha logrado 23 tantos en 38 partidos. El delantero del Atlético y el del City parecen tener ventaja para estar en Brasil. Pero el puesto de delantero centro en la Selección nunca ha sido fácil. Por detrás de esta pareja está David Villa (13 goles en 31 partidos), que cuenta con los galones tan importantes para Del Bosque, un Fernando Llorente (12 tantos en 29 partidos) que parece haber renacido en la Juventus y un Fernando Torres (9 dianas en 27 encuentros), que a pesar de las muchas lesiones que le han lastrado en toda la temporada, es especialista en las citas importantes. Más descolgado parece Roberto Soldado, que vive su particular calvario en el Tottenham (10 goles en 27 partidos).

ENTRENAMIENTO DEL ATLÉTICO DE MADRID
Diego Costa se ha abierto las puertas de la Selección por méritos propios. Su juego puede ser una alternativa para el toque preciosista de ‘La Roja’ y Vicente del Bosque lo sabe. España ya sabe lo que es sufrir y atascarse ante un equipo ordenado, cerrado y amurallado cuan numantinos. La fórmula del ‘falso 9’ no termina de funcionar en estos partidos y Diego Costa es el plan B capaz de perforar a los equipos rocosos. Eso sí, Del Bosque sabe que tiene trabajo por delante en estos tres días más allá del futbolístico.

El hispano-brasileño no ganaría ningún concurso de popularidad, ni -probablemente- sea el delantero favorito de las vacas sagradas de la Selección, pero Costa, como en todos los equipos por los que ha pasado, no llega a ‘La Roja’ para hacer amigos. Llega para hacerse un hueco, para ser importante y para convertirse en imprescindible para el seleccionador. Así es Diego Costa. Un terremoto 7.3 en la escala del fútbol y una apisonadora humana.

Como sucede con el Atlético, ha dejado de ser una moda pasajera o un momento de forma para convertirse en una realidad. El nuevo ariete de España intimida a las defensas contrarias, es una bendición para sus compañeros y cuando rompe en desmarque de ruptura, es imparable. Controla, protege y provoca una estampida. España debe aprovecharse de Diego Costa y Diego Costa debe aprovecharse de la Selección para ser mejor.

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El Real Madrid tiñe la Liga de blanco y Rafa Nadal da su 62 mordisco

Golpe de estado del Real Madrid a la Liga. El conjunto de Carlo Ancelotti es el líder en solitario de Primera por primera vez desde hace 20 meses. Han tenido que pasar 63 jornadas ligueras para que el Real Madrid se encarame a lo más alto de la clasificación de Primera. Y lo ha hecho por méritos propios y por deméritos de sus máximos rivales, Barcelona y Atlético, que cayeron derrotados tan justa como estrepitosamente ante la Real Sociedad y Osasuna, respectivamente.

El Real Madrid es hoy por hoy el equipo con mayor fiabilidad de la Liga (pero de ahí a pensar que va a ganar la Liga de calle, como piensan muchos aficionados del Real Madrid va un trecho). Los de Ancelotti han sabido remontar una desventaja de 5 puntos sobre el Barcelona y Atlético en un 2014 casi perfecto con siete victorias y un empate en las ocho jornadas disputadas en lo que llevamos de año, lo que ha provocado que sume 22 de 24 puntos, con un balance de 22 goles a favor y tres en contra. Unos datos espectaculares que le han permitido ponerse líder y con los que ha aprovechado los 10 puntos que se han dejado por el camino Barcelona y Atlético en este 2014.

El Barcelona volvió a sacar a relucir sus males el día menos indicado. Ante la Real Sociedad se pudo ver a un Barça aparentemente blando y apático y gestionado en esta ocasión de manera extraña y torpe desde el banquillo. El Barcelona parece haber perdido el rumbo en estos casi dos meses de 2014 en los que ha firmado unos número de equipo de media tabla. Nadie entiende -y en Barcelona menos- que el Tata Martino se inventara un once plagado de rotaciones (hasta seis con respecto al equipo de Manchester) en el duelo ante la Real. Nadie puede dudar de un equipo como el Barcelona por una derrota, pero más que por los tres puntos que se dejó en Anoeta, lo preocupante del Barcelona es cómo perdió. Sería injusto que todas las críticas recayeran en el técnico argentino, que tendrá su culpa, pero los Messi y compañía no se pueden ir de rositas. Víctor Valdés, tras el partido, mandó un aviso a navegantes al vestuario azulgrana: “nos faltó actitud”.

Los de Simeone mostraron su peor cara en El Sadar. El conjunto rojiblanco traicionó el estilo que le ha llevado donde está y que le está permitiendo completar una gran temporada. Ante Osasuna no hubo ni intensidad, ni actitud, ni juego, ni -en algunos jugadores- ganas. No pareció un equipo del Cholo y siempre que eso pasa, el equipo sufre y, como ante Osasuna, acaba perdiendo. La temporada es larga y el Atlético ha perdido en sus dos últimas salidas ligueras -Almería y Osasuna-, pero no es tiempo de lamentaciones y sí de levantar la cabeza y empezar a pensar en un derbi que, más allá de sentimentalismos, le puede devolver a lo más alto de la tabla. Ganar el domingo al Real Madrid le permitiría mantener todas las opciones ligueras intactas.

nadalPD: Mención aparte se merece el gran Rafa Nadal, que volvió a morder un trofeo, y ya van 62 en toda su carrera, sobre la tierra de Brasil. La tierra, su superficie favorita y la que convierte a Nadal en un rival casi inexpugnable para sus rivales. El tenista español, con sus 62 títulos ha igualado al argentino Guillermo Vilas como el séptimo tenista con mejor palmarés de la ‘era Open’. Casi nada. Pero Nadal quiere más. Con el de Rio de Janeiro lleva 43 títulos en tierra batida, a sólo tres del récord de Vilas. Sin duda, su próximo reto.

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El ‘manitas’ Courtois y el ‘cabezón’ Diego Costa

El Atlético conquistó San Siro a la primera -el Real Madrid no lo ha conseguido en sus 14 visitas- gracias al ‘cabezón’ Diego Costa y al ‘manitas’ Courtois. Tal cual. Los rojiblancos lograron una victoria tan fea como importante al más puro estilo Atlético. Courtois fue vital en la primera parte con dos manos espectaculares y el hispano-brasileño volvió a sacar de su chistera un gol -otra vez en un balón parado- tan feo como importante. El Atlético demostró la importancia que tiene en el fútbol, y en la Champions especialmente, tener un gran portero y un gran delantero centro.

Thibaut Courtois, ‘Palomo’ como es conocido en el vestuario, disfrutó de una nueva noche de vino y rosas en un escenario de renombre: San Siro. El portero belga volvió a protagonizar una actuación estelar en un duelo crucial, con un Mundial a la vuelta de la esquina. Y es que este belga de 21 años se ha convertido en la piedra angular del proyecto Simeone. El técnico argentino entiende que la filosofía de su juego empieza por no recibir goles, y por ello lo considera prioritario en cualquier esquema de futuro. Sus actuaciones, como la de Milán, afianzan la postura del entrenador en los despachos. ¿El problema? Como cada primavera Courtois vive pendiente de lo que decida su dueño: el Chelsea y, según la reglamentación FIFA, una cuarta cesión no es viable.

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En el club ya saben que tocará hacer un esfuerzo este verano para contratar a Courtois. Se habla de 25 millones, una cifra alta para un portero, pero que en el caso de Courtois parece hasta calderilla. Sus números así lo demuestran. El año pasado el belga encajó un gol cada 117 minutos (0,80 por encuentro, 28 en 35 partidos), realizó 84 paradas y llevó a cabo 56 despejes. En esta campaña va camino de mejorar los datos y de provocar a que los dueños -ilegítimos- del Atlético se vean obligados a rascarse el bolsillo.

El otro protagonista, una vez más, fue Diego Costa. Uno de esos delanteros  alejado del prototipo de los estilistas y virtuosos del fútbol. Para eso ya hay otras estrellas. El hispano-brasileño ha dejado atrás aquella imagen de delantero tosco, capaz de atravesar al contrario para conseguir un regate, para ser el terror en las defensas. Costa corre la banda, busca el uno contra uno, encara al portero sin complejos, trabaja, defiende, gana cada balón aéreo… Diego Costa es intensidad, pelea y gol. Mucho gol.

Diego Costa siempre suma. Recibe faltas, tiene mucha velocidad, se ofrece al compañero, no rehúye la pelea, un ‘gladiador’ del fútbol que se ha convertido en un arma de destrucción masiva para este Atlético de Simeone. Costa es un dolor de cabeza permanente y un Pepito Grillo que se pasa el partido anestesiando al rival esperando para asestar el zarpazo mortal cuando menos te lo esperas. Y lo ha hecho en Milán. Pero no es la primera que lo hace.

La misma sensación me queda cuando pienso en lo que pasó en Manchester entre el Barcelona y el City. El partido parecía atascado, el City tenía las ocasiones, pero apareció Víctor Valdés para decir aquí estoy yo y seguir haciendo méritos para ser el portero titular de la Selección en el Mundial. Y para hacer buena la teoría de que un equipo se sustenta en el 1 y el 9, apareció Leo Messi, para provocar la expulsión de Demichelis y acabar con el gafe que tenía en las Islas británicas y abrir el triunfo del Barcelona en los octavos.

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El Atlético y Simeone traicionan el ‘partido a partido’

Dice un refrán muy español que dos no discuten si uno no quiere. Pues bien, lamentablemente es lo que ocurrió en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey en el Vicente Calderón. El vigente campeón del torneo no hizo honor a su título y tiró la eliminatoria, decidió no competir y saltó al césped rendido, sin ganas de competir y resignado a su suerte ante un Real Madrid que no necesitó su mejor versión para finiquitar la eliminatoria con un contundente, y exagerado, 5-0.

Sin duda, habría sido más sensato y cabal que no se hubieran presentado. Se habrían ahorrado el pésimo espectáculo y, sobre todo, le hubiera ahorrado a los miles de hinchas que acudieron al Calderón en masa, a pesar del frío, el disgusto de ver la primera derrota en casa de la temporada. Todos sabían que algún día podría llegar, pero hacerlo de la forma que lo hicieron es lo que no se entendió en la grada.

El Atlético decidió no competir. Salió al césped con la resignación de quien se sabe eliminado. Nadie en el equipo, encabezado por Simeone, creyó en ningún momento en que era posible dar la vuelta a la eliminatoria. La palabra remontada más que como un objetivo se veía como una utopía en el vestuario blanco en las horas previas al partido. Y claro, cuando uno sale al campo dispuesto a no competir, el rival, con muy poquito, lo aprovecha para ganarte.

La alineación de Simeone, también es verdad que había muchas bajas por lesión, tampoco invitaba al optimismo. El argentino, muy culpable de lo visto en los 180 minutos de semifinal, presentó un once cargado de suplentes y de jugadores por los que el Cholo no apostaría una mano. Esta vez traicionó su filosofía del ‘partido a partido’ para poner la mente en el duelo liguero ante el Valladolid y el trascendental choque de Champions en Milán. Esta vez el Cholo, y sus jugadores, se olvidaron que esto era un derbi, ante el eterno rival y uno de los partidos más importantes para la grada. Un partido en el que lo menos que se le exige a los jugadores que se ponen esa camiseta es lucha y entrega, pero no hubo nada de eso. Peor, en algunos casos se vio indolencia y conformismo.

El resumen de la semifinal copera es que el Real Madrid se ha metido en la final gracias a dos goles de rebote, dos penaltis tan claros como tontos y un gol de notable alto de Jesé. Y que lo ha hecho sin sufrir y sin querer hacer daño a un rival que bajó los brazos. Si el Madrid hubiera necesitado marcar cinco en el Calderón lo hubiera hecho. Esta vez el colmillo blanco lo reservó para futuras citas.

ATLÉTICO DE MADRID - REAL MADRIDMención aparte merecen dos acciones en las que Cristiano Ronaldo fue protagonista y que dejaron el pulso helado a los aficionados del Calderón. La primera fue la aparatosa caída de Javier Manquillo. El canterano rojiblanco tuvo que dejar el campo con un esguince cervical tras un encontronazo con el portugués, que desequilibró al rojiblanco en la lucha por un balón, pero que en ningún momento fue a hacer daño a Manquillo. La otra acción fue tan lamentable como asquerosa y denunciable. Un indeseable, un idiota, un… (pónganle el calificativo que quieran) decidió tomarse la justicia por su mano y lanzó un mechero que impactó en la cabeza de Cristiano. Afortunadamente no le hizo herida al portugués (lo que impedirá el cierre del Calderón), pero manchó la imagen de la afición. Una afición que debió señalar al culpable para que no vuelva a entrar en un recinto deportivo, como debió ocurrir en la final de Copa con el energúmeno que lanzó una moneda a Courtois.

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Barcelona, Real Madrid y Atlético, un triunvirato en la Liga

La Liga está que arde. Barcelona, Real Madrid y Atlético están al frente de la tabla con 57 puntos después de 23 jornadas. Ni los más optimistas preveían un campeonato tan igualado. Sólo la diferencia de goles a favor del Barcelona le permite estar al frente de la tabla (+46 el Barcelona, +41 el Madrid, y +40 del Atleti). No se producía un triple empate en el liderato de Liga española desde la jornada 24 de la temporada 1992-93. Casi nada.

El Barcelona recuperó ante el Sevilla la pegada -también es verdad que se metió en el partido por un error arbitral-, pero no el juego. Los de Martino volvieron a cometer muchos errores defensivos e incluso Víctor Valdés se sumó a la fiesta. Leo Messi al que muchos se empeñaban en defenestrar y en culpar del mal momento del Barcelona, volvió a salir para rescatar al equipo cando más lo necesitaba. Aunque se echa de menos la intensidad, la presión, el juego asociativo de temporadas anteriores, el Barcelona demostró que sabe ganar de otras maneras y ante el Sevilla lo hizo a la contra.

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El Barcelona ha perdido el puntito de genialidad que tenía y lo ha cambiado por la pegada, el trabajo y la adaptación a un nuevo sistema y método de trabajo. Ha dejado de ser un equipo de dibujos animados para ser un equipo terrenal. Espectacular, pero terrenal. Los azulgrana hasta hace poco, tenía una línea de ataque y del centro del campo que defendía bien y que hacía que la defensa sufriera poco, pero eso ha cambiado y ha dejado desnuda a una defensa que lleva arrastrando muchos años la falta de un central.

El Real Madrid, al son de la batuta que marca Modric, se ha metido en la pomada y en la pelea por la Liga por méritos propios. Es el equipo, de los tres, que va de menos a más, el que tenía mayor margen de mejora y eso que jugó su primer partido -de los tres que se perderá en Liga- sin Cristiano. Pero apareció Bale y Jesé que va camino de hacerse un hueco en el equipo sí o sí. El canterano tiene más goles que juego, pero su aportación al equipo se está convirtiendo casi en vital.

Pero la recuperación del equipo de Carlo Ancelotti ha llegado, sobre todo, por la defensa, porque la pegada la ha tenido siempre. Pepe ha recuperado un nivel excelente, junto a Sergio Ramos, y si están centrados es muy difícil hacerle un gol al Madrid. La seguridad defensiva, junto a la aparición de Modric, con el que el Real Madrid ha encontrado lo que no tenía en temporadas anteriores: pases de gol, ha conseguido que en el Madrid haya un juego colectivo que antes no tenía. Eso sí, debe evitar las bajadas de tensión que sufre en todos los partidos y que, en Europa, le pueden costar caro.

El tercero en discordia es el Atlético, que se mantiene en lo más alto de la tabla firmando una temporada espectacular. El merito es tremendo, pero que una derrota -la segunda en Liga- se vea como el principio del fin, me parece injusto. Es verdad que los de Teixeira fue un escándalo, pero sería un error que los atléticos -tanto fuera como dentro del vestuario- empezaran a hablar y se centraran en los arbitrajes. Teixeira se equivocó gravísimamente en contra del Atlético, pero ¿eso supone que el Atlético perdiera por el árbitro? En mi opinión no.

Los del Cholo perdieron porque jugaron horrible. En ningún momento se sintieron cómodos, ni supieron hincarle el diente y, en muchos momentos, tuvieron un dominio del balón estéril sin tirar a puerta. Con la llegada de Diego Ribas, lejos de compactar más el equipo, lo ha convertido en un conjunto más individual y ante el Almería daba la sensación de que jugaba sólo.

Dicho esto, lo que el Atlético debe hacer es no salirse del carril marcado por Simeone y no meterse en el camino de las quejas arbitrales. Se equivocaría. El Atlético tiene que centrarse en lo que ha hecho desde que está aquí Simeone, mirarse a sí mismo y a partir de ahí arrancar. Cuando pierdes un partido hay algo más que errores arbitrales y es el momento de pensar en lo que hace uno y no los otros porque empieza lo mejor de la temporada.

Esta Liga está que arde y, con la llegada de la Champions, será el momento de ver quién aguanta el ritmo

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