¿Qué le pasa a Rafa Nadal?

184 días sin ver a Rafa Nadal en las pistas de tenis. Demasiados sin su tenis, sin su garra, sin su demostración de sacrificio, sin sus golpes de derecha… en definitiva, sin Rafa Nadal. Desde el 28 de junio, cuando perdió de forma inesperada ante el checo Lukas Rosol, entonces número 100 de la ATP, en segunda ronda de Wimbledon no le hemos vuelto a ver en las pistas.

Primero fue su rodilla -desde la primavera sufría el síndrome de Hoffa, una inflamación de la almohadilla grasa situada tras el tendón rotuliano de su rodilla izquierda- y ahora un virus estomacal, pero lo cierto es que la reaparición de Nadal parece que no termina de llegar. El tenista español había vuelto a entrenarse a finales de noviembre tras perderse los Juegos Olímpicos -donde iba a ser el abanderado español- el Open USA y La Copa Davis que España perdió ante la República Checa.

Todo parecía indicar que sería Abu Dabi  -un torneo de exhibición- el lugar elegido para volver a las pistas, pero cuando la rodilla parecía estar recuperada, un inesperado virus estomacal forzó su baja, que fue cubierta por su compatriota Nicolás Almagro, que jugará la final ante Djokovic.

El mismo virus, que le ha impedido entrenar con normalidad en los últimos días, y que le ha dejado fuera de juego para el primer Grand Slam del año, Open de Australia, y para el torneo de Doha. No volveremos a ver a Nadal en pista –como pronto- hasta el mes de febrero. Una situación que le ‘condenará’ a salir del ‘top 4’ mundial por primera vez desde el 23 de junio de 2005 -Nadal defendía 1290 puntos entre Doha y Australia- y quién sabe si perderá más puestos, dependiendo de lo que hagan sus rivales.

Su ausencia en las pistas empieza a ser preocupante y ya ha despertado la voz de alarma entre los aficionados. ¿Qué le pasa a Nadal?

La sensación que se respira es que Nadal no está preparado para competir como Rafa Nadal en las grandes citas. El tenista se enfrenta a una dicotomía entre el lado deportivo y el aspecto físico-mental. El lado deportivo le decía que lo más recomendable hubiera sido reaparecer en Doha y Australia para defender muchos puntos y mantener su posición en el ránking, pero eso podría pasarle factura físicamente.

Sin embargo, el factor físico-mental parece haber ganado la partida, ya que retrasar su reaparición le permitirá hacerlo con más garantías a la hora de competir como desvelaba su tío y entrenador, Toni Nadal, en el comunicado: “no parece razonable sin haber tenido un periodo de adaptación a la competición que su primer torneo sea un torneo del Grand Slam y por tanto los partidos son a cinco sets”.

Ahora la siguiente fecha para su reaparición –si bien Nadal ya ha dicho que podría ser antes- es el Torneo de Acapulco que arranca el 25 de febrero de 2013. De ser así Nadal volverá a las pistas 8 meses después de su último partido. Lo que no sabemos es si volverá a ser el Nadal de antes.

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Jose Mourinho… se siente seguro (como Casillas en el anuncio)

Que a Jose Mourinho le gusta un incendio más que a un pirómano no es nuevo. La decisión de dejar a Iker casillas en el banquillo ante el Málaga fue el último incendio del técnico portugués en el Real Madrid. Es probable que Mourinho haya terminado de cavar su tumba en el equipo blanco, porque tocar a un icono del madridismo como Casillas ha sido su juicio final.

Podemos hablar horas y horas sobre la inexplicable –por mucho que lo intentara justificar en la rueda de prensa posterior- suplencia de Casillas o insistir en la importancia para el desarrollo del partido de esa decisión, pero lo verdaderamente duro para el madridismo es estar a 16 puntos del Barcelona después de 17 jornadas. Muchos puntos de desventaja. Demasiados para un equipo que tiene plantilla para ganar la Champions, pero que no termina de ofrecer una imagen de unidad, tan importante para conseguir metas tan altas como la Décima.

El portugués lleva tiempo intentando buscarle las cosquillas al capitán y al presidente. Se siente con la sartén por el mango –Florentino es el máximo responsable de ello- y sabe que los números –los económicos, no los de la clasificación- están a su favor. El Real Madrid hace unas semanas no se planteaba destituir a Mourinho salvo catástrofe o que la situación fuera insostenible. Pues ha llegado este momento.

Mourinho tiene una ficha anual de 11 millones de euros netos. A esta cifra, hay que sumarle el sueldo de su equipo, formado por Aitor Karanka, Rui Faria, Silvino Louro, José Morals y Luis Campos, que cobran algo más de ocho millones de euros en total y también libres de impuestos, como su jefe. El sueldo de todo el cuerpo técnico supone 20 millones de euros netos por temporada.

Tras haber renovado la pasada campaña hasta 2016, un posible despido de Mourinho y su cuerpo técnico al final de la temporada por parte del Real Madrid -siempre que no hubiera acuerdo entre las partes- le costaría al equipo blanco la friolera de 120 millones brutos (40 millones por temporada).

Sinceramente no creo en las destituciones de entrenadores, sino en proyectos. Es verdad que a veces echar al técnico sale bien –miremos el ejemplo de Simeone en el Atlético- pero la mayoría de los casos es una solución de emergencia. Un apagafuegos. Pero en el Madrid de Mourinho esa decisión es todavía más difícil que en otro equipo. Lo que era una solución para el Real Madrid, con el objetivo de acabar con la hegemonía del Barcelona, se ha convertido en un problema insoportable.

Florentino –que no se puede ir de rositas de todo este ‘affaire’ Mourinho- está ante su decisión más importante desde que llego a la presidencia del Madrid, pero que nadie se olvide que el Madrid perdió ante el Málaga y se va de vacaciones a 16 puntos del Barça y a 7 del Atlético. Eso es lo que hay.

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Isco, el chico de oro de Europa

Su nombre, Francisco Román Alarcón, podría ser el de un escritor, un escultor, un arquitecto o un director de cine. Pero si decimos Isco estonces las cosas cambian y se nos viene a la mente un jugador decisivo, elegante y vistoso a partes iguales. Un crack del fútbol en potencia. Es verdad que su arte no queda reflejado en lienzos, edificios o libros, pero no por eso deja de ser un artista.

Su último logro ha sido ganar el Golden Boy un premio selecto en el que sólo están los elegidos. Ya ha unido su nombre a otros tan ilustres del mundo del fútbol como Leo Messi, Sergio Agüero, Wayne Rooney o Cesc Fábregas, el único español que lo había ganado hasta ahora. EN la final ha ganado con 137 votos, por delante del italo-egipcio Stephan El Shaarawy, del Milan, (125 votos), y al portero belga del Atlético Thibaut Courtois (116).

Un premio al talento en estado puro. El jugador malagueño (nació en Benalmádena) es uno de esos futbolistas que es capaz de sacarse regates de la nada. Un mago del balón que consigue poner de acuerdo a las aficiones rivales para rendirse ante su calidad. Diestro, aunque tiene un gran manejo con la izquierda, cuando tiene el balón en los pies es el hombre más feliz del mundo.

No es el mejor en nada pero sacaría un notable en casi todas las facetas futbolísticas. Es un gran regateador, posee una rapidez de piernas y de movimientos envidiables y cuenta con una excelente visión de juego y capacidad de pase. Cuando atrapa el balón levanta la cabeza e inventa. Pero si no tiene la pelota sigue fabricando fútbol. Se ofrece a sus compañeros, baja a recibir el balón o realiza desmarques increíbles a la espera de un pase que le permita aprovechar los espacios.

Y si no los hay es capaz de crearlos fajándose con cualquier defensa. Su bajo centro de gravedad y su enorme musculatura de piernas se lo permiten. Eso y una explosividad, velocidad y potencia inusitada para un futbolista de su físico -hay quién le compara con Agüero-.

Lo que está claro es que Isco es un diamante en bruto que, salvo milagro, jugará la próxima campaña en uno de los grandes para seguir creciendo como futbolística. Eso sí, es vital que mantenga la cabeza tan bien amueblada como su fútbol.

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Tito Vilanova, ‘you’ll never walk alone’

El fútbol se quitó las camisetas y dejó de hablar de goles, polémicas, récords y jugadores. Nuestro fútbol, muchas veces instalado en la fantasía, se ha vuelto a llevar un bofetón de realidad con la noticia de la recaída de Tito Vilanova. Con el caso del técnico del Barcelona descubrimos que los que creemos héroes y elevamos a los altares como si fueran dioses también son humanos.

Con Tito Vilanova ya nos ha pasado otra vez, aunque también es verdad que el técnico del Barcelona siempre ha huido de heroísmos o de una idolatración desmesurada. Tito sólo aspira a ser entrenador. Nada más. Como persona ya demostró ser de un nivel excepcional cuando tuvo que afrontar la enfermedad por primera vez. Esta segunda parece que poco ha cambiado y sigue siendo él. Pero siempre sin ser el centro de atención porque él se siente cómodo en el segundo plano.

Un segundo plano que abandonó para asumir un reto impresionante, el mayor de su carrera, que no era otro que hacerse cargo del primer equipo del Barcelona. Ese que había madurado y mimado junto a Pep Guardiola, pero en un segundo plano. Le tocaba dar un paso al frente y hacerse con el centro del plano. Ni ahí perdió su filosofía.

El Barcelona, con su llegada al banquillo azulgrana, mantenía el modelo, la filosofía y el estilo del club. Además, el ‘heredero’ era uno más de la familia sin el impacto mediático de Guardiola, más moderado y con capacidad para llevar un vestuario en el que sólo se pide sentido común.

Las comparaciones son odiosas y como tal no deberíamos caer en ellas para hablar del Barcelona actual. Su Barcelona es eso, suyo. Diferente al que tenía Guardiola. Ni mejor ni peor, simplemente diferente. Lo que es cierto es que lleva una Liga casi inmaculada: Suma 46 de 48 puntos, lleva 15 victorias en 16 partidos y ha hecho la friolera de 54 goles. Unos números que ya le han hecho entrar en la historia de la Liga como el mejor arranque. Pero ni eso inmuta al bueno de Tito.

Tito sigue poniendo por delante la vida al fútbol. “La gente sobrevalora el fútbol. Entretenemos a mucha gente, pero hay miles de personas que hacen trabajos mucho más importantes como los investigadores o los médicos”, decía en una de sus pocas apariciones públicas. Una lección a los que colocan al fútbol como lo más importante y se olvidan de que el deporte del balón es lo más importante de las cosas menos importantes.  

El Liverpool presume de su lema: ‘You’ll never walk alone’. Tito también puede estar seguro de que él tampoco. Azulgranas, madridistas, atléticos, béticos, deportivistas… Todo el fútbol español va de la mano para apoyar a Tito Vilanova.

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Messi, más goles que Cristiano, el ‘perro’ y el ‘gato’ juntos

Leo Messi va camino de romper con todos los récords posibles.

El argentino del Barcelona sigue imparable en este 2012 y con su nuevo doblete ante el Atlético, el décimo de la temporada, alcanzó su gol 90 en 2012 y sigue siendo la pieza clave en un Barcelona inmenso (lleva 46 de 48 puntos en Liga).

El argentino, además, con sus 25 goles en las primeras 16 jornadas de Liga, suma más tantos que una de las mejores delanteras del mundo, que no es otra que la del Real Madrid. Entre Cristiano  (14 goles en Liga), Benzema (3) e Higuaín (7) suman 24 goles, uno menos de los que ha conseguido ‘La Pulga’ en lo que va de Liga. Así de fácil y así de difícil.

Es decir, ‘La Pulga’ ha sido capaz de marcar más goles en la Liga que ‘El Bicho’ (como lo ha renombrado Manolo Lama), el ‘Perro’ y el ‘Gato’, como se encargó de ‘bautizarles’ Jose Mourinho. Un detalle que habla de la superioridad azulgrana sobre un Real Madrid que parece haber perdido el rumbo.

Pero sería injusto comparar los datos de Leo Messi sólo con el Real Madrid y sus tres delanteros. El argentino ha marcado más goles que 16 equipos de Primera, 12 de la Premier League, 10 de la Bundesliga alemana, 11 de la Serie A de Italia y 13 de la Ligue 1 francesa. Casi nada.

PD: El que debería hacérselo mirar es el Atlético de Madrid. El conjunto rojiblanco es la ‘víctima’ preferida de Leo Messi, ya que el argentino ha conseguido marcarle 20 goles en los 15 partidos en los que se han enfrentado a los rojiblancos. Con el doblete ante los del Cholo, Messi batió otro récord –empieza a resultar cansino-, ya que superó a César como máximo anotador azulgrana en la Liga con 194 goles (César se quedó en 192). Y sólo tiene 25 años.

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