Barcelona: Xavi-Laporta, se terminó el amor

31 días ha durado el amor entre Xavi Hernández y Joan Laporta.

Cuatro semanas después de que el técnico del Barcelona convenciera al presidente azulgrana de que era el hombre adecuado para liderar el próximo año al equipo, todo ha cambiado. En realidad aquella cumbre del sushi que se celebró el 24 de abril en la casa del presidente del Barcelona fue un matrimonio de conveniencia, que, como todos sabemos, suelen terminar como el rosario de la aurora. Aquel día se vendió la continuidad de Xavi como un volcán de ilusión y energía positiva del entrenador que convenció a un ‘facilón’ Laporta. Una reunión con luces, taquígrafos y retransmitida casi en directo pareció formalizar una relación duradera, que a los pocos días ha saltado por los aires. Fue un acuerdo sin estar plenamente convencido y, como suele ocurrir cuando se toman este tipo de decisiones, las dudas empiezan a aparecer en las dos partes y termina en separación. Lo que era una apuesta de futuro se ha convertido en un engaño.

Es lo que tiene que en una pareja cada uno vaya a los suyo. Me explico. Joan Laporta, como buen prestidigitador, sigue vendiendo ilusión y hace oídos sordos a los más que evidentes problemas económicos. En cada intervención es un presidente ilusionado, optimista y empeñado en filtrar nombres de futuros grandes fichajes que ilusionen a partes iguales a la afición y al propio entrenador. Da igual que cuesten mucho dinero. Lo importante es decir lo que se quiere hacer aunque luego no se pueda. Sin embargo, Xavi se dio un baño de realidad en la previa del partido ante el Almería que provocó el malestar de una directiva que le estaba esperando. El entrenador habló claro, probablemente la rueda de prensa más sincera desde que llegó al banquillo del Camp Nou, y dijo lo que todo el mundo piensa. Bueno, todo el mundo no (sino que pregunten a la directiva). Aquella tarde, Xavi tuvo un discurso supuestamente muy alejado al mostrado en casa del presidente tres semanas atrás. “La situación es muy difícil. El Barça actual no tiene nada que ver con el de 25 años atrás”, dijo. “Eso no significa que no queramos títulos”, añadió. Donde había ilusión ahora había desengaño y el técnico hizo un ejercicio de realismo para bajar las expectativas, recordando las dificultades económicas que vive el club y también el poderío actual de un Real Madrid, que salvo sorpresa mayúscula, incorporará a MBappé este verano.

Xavi era consciente de que la plantilla que iba a entrenar la próxima temporada no distará mucho de la actual. Los problemas económicos por los que pasa el club azulgrana son vox populi, como evidencia que ni siquiera puedan inscribir a varios de los jugadores de la actual plantilla, Ahí vino una de las ‘quejas’ o golpes de realidad de Xavi ante la prensa, El técnico dijo que hace unos años el entrenador del Barcelona podría elegir a los jugadores que quería y la directiva le complacía, pero que ahora no es así porque lo impide la situación económica. La verdad, vaya. Un argumento que niega Laporta porque en su primer año como entrenador recibió los fichajes de Lewandowski, Raphinha, Christensen, Ferran Torres, Koundé y Kessié, lo que obligó al club a llevar a cabo un desembolso económico considerable con las famosas palancas.

Otro motivo de discusión en este matrimonio de conveniencia ha sido Vitor Roque. El entrenador dejó claro que el delantero brasileño no había sido una petición suya, que no estaba prevista su llegada para el mercado de invierno y que había muchos jugadores por delante, pero la versión de Joan Laporta es totalmente distinta. Cree que se está haciendo daño a un chaval de 18 años cuando el técnico dio la aprobación a su fichaje y a su incorporación en enero. Esto hace que el presidente crea que Xavi maneja un doble discurso. Pero quizá lo que más ha separado a Xavi y a Laporta haya sido Deco. El feeling entre el entrenador y el director deportivo no es el mejor y aunque se reunían de forma periódica para planificar la plantilla de la próxima temporada, no terminaban de coincidir en los objetivos. 

Quedan dos días para que termine el curso y el Barcelona ya sabe que Xavi, al que hace 31 días le habían confirmado como el entrenador de la próxima campaña, no será ese hombre. Ahora empieza el casting para ver quién sucede a Xavi en el banquillo, una labor complicada y más si nos atenemos a los problemas económicos y deportivos que han ‘echado’ al ídolo azulgrana de un banquillo del que se marchó en enero cuando anunció su no continuidad.

Hansi Flick es el elegido. El entrenador alemán llega avalado por las estrellas del equipo pero su futuro es imprevisible. Y más sabiendo los antecedentes y que en la presidencia está Joan Laporta. Dicho esto, no descarten nada. Este Barça desnortado es imprevisible.

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