Si hay un ejemplo de una deportista hecha de otra pasta esa es Carolina Marín.
Ni las lesiones de rodilla que le han maltratado en los últimos años y que le han hecho una persona y una deportista más fuerte han puesto freno. La jugadora onubense de bádminton se ha proclamado este domingo campeona de Europa por séptima vez en su carrera tras ganar la final ante Kirsty Gilmour por 21-11 y 21-18 y sigue dominando con puño de hierro el bádminton europeo. El título continental es otra muesca en el revólver de esta deportista que puede presumir de tener uno de los mejores historiales del bádminton y en uno de los más brillantes también del deporte español. Además, supone un golpe moral para esta jugadora irreductible que confía en subir al podio en los próximos Juegos Olímpicos de París, su próximo gran reto tras perderse los últimos por lesión.
En el bádminton europeo sólo hay una reina y se llama Carolina Marín. Su dominio es insultante en el Viejo continente donde se siente como en el patio de su casa como ha demostrado en los últimos torneos que se han disputado en Inglaterra, Suiza y ahora en el Europeo de Alemania, La onubense ha recuperado sus mejores sensaciones y su versión más ambiciosa en la pista, volviendo a ser esa jugadora infatigable, que no da un punto por perdido y que sabe cómo derrotar mentalmente a sus rivales. Una fuerza mental que ha sabido trabajar mientras se recuperaba de las dos graves lesiones que sufrió en la rodilla, primero en la derecha en 2019 y dos años después en la izquierda.
Mucha importancia tiene en todo esto Fernando Rivas, su entrenador. Cuando peor lo pasó en la final del Europeo le pidió calma, cabeza fría, la raqueta arriba y agresividad. Y así, con el refuerzo de sus ya famosos gritos, superó el peor momento hasta conservar su hegemonía en Europa, donde no pierde desde 2012, cuando tenía 19 años. Ahora, con 30, quiere su segundo oro olímpico, que está un pasito más cerca pero que será complicado. Como todo lo que ha conseguido Carolina Marín. Lo que sí es cierto, es que con el título, la española se sitúa virtualmente como cuarta del ranking, lo que le facilitaría mucho el cuadro en París, Carolina avala su candidatura olímpica y las sensaciones no pueden ser mejores a cien días de la gran cita parisina.
Diez años han pasado ya desde que en 2014 conquistara su primer Europeo y mucho ha cambiado en la jugadora onubense, una ‘rara avis’ en un circuito mundial dominado por jugadoras asiáticas. El séptimo título europeo logrado este domingo mantiene a Carolina Marín como reina absoluta del bádminton continental. No hay nadie que ose a toserle su reinado. Ya era la jugadora más laureada de la historia a nivel individual en este evento con seis títulos y, ahora con siete se aleja todavía más del rey masculino (Peter Gade tiene cinco). Además, la española iguala los siete sumados en el cómputo de dobles femeninos y mixtos por la danesa Kamilla Rytter Juhl y tan solo la inglesa Gillian Gilks, con doce totales repartidos entre tres cuadros (dos individuales, cuatro en dobles femeninos y seis en dobles mixtos), tiene más oros totales.
Con este título continental, Carolina Marín acumula un palmarés con 39. 12 de ellos han sido en grandes torneos como el oro en los Juegos Olímpicos de 2016, 3 Mundiales (2014, 2015 y 2018), 7 Europeos (2014, 2016, 2017, 2018, 2021, 2022 y 2024) y unos Juegos Europeos (2023). Además, ha sumado 16 títulos más en el circuito mundial con 7 Superseries Premier/Super 1000 -el equivalente a un Grand Slam en el tenis-, que se dividen en 2 Open de China (2018 y 2019), 2 Open de Tailandia (2021 y 2021, dos torneos en año post-pandemia). 2 All England (2015 y 2024) y 1 Open de Malasia (2015). También ha conquistado 3 torneos Super 750 como el Open de Japón en dos ocasiones (2017 y 2018) y un Open de Francia (2015). a todo ello hay que sumar 2 títulos en torneos Super 500, 4 Super 300, 11 torneos en el circuito europeo, 1 Grand Prix Gold, 1 Open de Londres (2013), 7 International Challenge, 2 International Series y una plata en el Mundial (2023), 1 plata en el Campeonato de Europa por equipos (2024), 2 bronces en el Campeonato de Europa por equipos (2016 y 2018), 1 oro europeo júnior (2011) y 1 bronce mundial júnior (2011). Impresionante.
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