De Paul no sabe lo que es el Atleti

«En líneas generales creo que ha sido una gran temporada para el Atlético».

Las palabras de Rodrigo de Paul han provocado la indignación entre la afición del conjunto rojiblanco. No es para menos. Demuestra un desconocimiento total de la idiosincrasia y lo que significa el Atlético de Madrid. Algo habitual entre muchos futbolistas que parecen vivir en un mundo paralelo y que se piensan que porque su afición siempre esté a su lado, siempre les acompañe, viajen para seguir sus partidos de fuera de casa, canten las canciones que les recuerdan a sus orígenes y hagan buenos partidos en casa pero se arrastren lejos de su estadio es suficiente. Pues mira Rodrigo, no. El Atleti no funciona así.

Una gran temporada para el Atlético de Madrid no puede serlo a pesar de haber llegado a semifinales de la Copa del Rey y a cuartos de final Champions League. Sobre todo cuando en la primera se quedó fuera de la final con un partido lamentable en San Mamés y en la segunda, todos sabemos lo que pasó en Dortmund. Una gran temporada para el Atlético de Madrid no puede ser una en la que cuando quedan seis jornadas para el final de la Liga, los rojiblancos están a 20 puntos del líder. Una gran temporada del Atlético de Madrid no puede ser una en la que lleva 12 partidos consecutivos encajando un gol. Una gran temporada del Atlético de Madrid no puede ser una en la que lejos del Metropolitano sólo ha ganado 5 partidos y ha perdido 8. Una gran temporada del Atlético de Madrid sólo se concibe si se consigue un título Rodrigo. Sólo en ese caso puede considerarse una gran temporada. 

Cuando el argentino habla de “gran temporada” quiero pensar que es la opinión aislada de un futbolista que vive ajeno a la realidad de su equipo y que no representa la sensación general dentro del vestuario, pero me temo que este conformismo explica bastantes cosas del curso del Atlético. Lo bueno de estas declaraciones de De Paul es que desnuda la exigencia de esta plantilla, de esta directiva y de este cuerpo técnico. La afición del Atleti tiene otra exigencia: competir los títulos. Mirando con detenimiento, uno tiene la sensación de que esta temporada el Atlético tiene un problema de identidad y de autoexigencia. Empezando por el equipo y el entrenador, que es lo más importante en esto del fútbol. Una identidad perdida que le hace vivir en una indeterminación de querer ser y no poder. 

La exigencia y la identidad son dos factores vitales en el fútbol. Más importantes, a veces, que las propias cualidades técnicas y tácticas de una plantilla o un cuerpo técnico. Si los jugadores del Atlético de Madrid creen que están haciendo una gran temporada, el problema es bastante grave, y viene de los que marcan los objetivos, es decir, de los directivos y del responsable deportivo. Las palabras de Rodrigo de Paul son un ejemplo de lo profundo que ha calado en la plantilla el mensaje de los de arriba, de Miguel Ángel Gil y de Enrique Cerezo. Quedar cuartos, vale para seguir. Meterse en el Mundial de Clubes es un éxito, aunque se consiga el mismo día que quedas fuera de las semifinales de la Champions. Este es el Atleti de ahora. El de los clientes que acuden a su estadio. Poco queda de ese Atleti que es rebeldía y superación, que es lo que siempre ha sido el Atleti. El mensaje de arriba ha calado y rebajar la exigencia es estancarse y el paso previo a la miseria. Al tiempo. 

De los de la SAD no espero nada. No hay más que ver que desde hace años antepone el aspecto económico al deportivo o al sentimental (estadio, escudo, camisetas…). Pero sí esperaba que plantilla y cuerpo técnico tuvieran un nivel de exigencia mayor. De Paul, y me temo que buena parte de ese vestuario, no sabe lo que es el Atleti. No estaría mal que el próximo sábado, en el partido ante el Athletic, la afición se lo explicara.

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